Videojuegos que podrían considerarse obras de arte
Por Alexandra Yepes/thenaiveseason
Con el paso de las décadas, la línea que separa al mundo artístico del entretenimiento digital se ha ido haciendo cada vez más delgada. La tecnología nunca deja de sorprendernos, y desde hace ya un tiempo que el arte se fundió con el mundo del entretenimiento. Sin embargo, parece ser un tema que no muchos quisieran abordar. Pero ¿quién o qué define a una pieza como arte? ¿son los videojuegos solamente una excusa para matar y desperdiciar el tiempo?
Durante muchísimo tiempo, el concepto de que un videojuego era solamente entretenimiento para niños que perdían su tiempo, fue la gran premisa. Y para ser sinceros, en ese momento, no estaba del todo equivocado. Puesto que, en ese entonces, no se les prestaba mucha atención ni a la historia, ni al trasfondo de la misma. En los tiempos recientes, sin embargo, la parte musical ha ido cobrando mucha relevancia, así como también muchos otros aspectos de un videojuego. Todo ello no es más que una prueba para los más escépticos de que sí existen algunos videojuegos que podríamos considerar dignos de museo. Creen que existe el arte en los videojuegos.
¿Quiénes son los ‘screenshoters’?
En los últimos años, hemos sido testigos de cómo la fotografía y el diseño visual de los videojuegos pasaron de ser un aspecto muy secundario, a convertirse en el interés principal de los desarrolladores, especialmente en los proyectos independientes. Dentro de esta categoría, podemos mencionar el diseño de escenarios y de personajes, la ambientación, la iluminación y la animación. En estos aspectos, ahora se pone especial esmero con el fin de atraer y de seducir al jugador a primera vista. Existen incluso, personas que dedican horas y horas de su tiempo a jugar una y otra vez el mismo juego hasta que consiguen captar el momento ideal, como si se tratara de un fotógrafo que está a la caza de la mejor captura con su lente. Ellos mismos se denominan ‘screenshotters’. Apasionados de encontrar arte en los videojuegos.
Una historia que nos atrape
Algo que hoy resulta indispensable es que nos cuenten una buena historia. Para nadie es un secreto que cuando vemos el tráiler de un nuevo videojuego que está a punto de salir al mercado, cientos de expectativas se acumulan en nuestra cabeza. Y aunque hasta no hace mucho, la narrativa de un videojuego se limitaba a un algoritmo que marcaba las reglas sin mucho más que añadir, lo cierto es que con la llegada de God of War (2018), los parámetros comenzaron a cambiar. Sin duda alguna, este es uno de los títulos que definitivamente sobresalen en este aspecto, tan es así que se llevó el premio al Mejor guion de un videojuego en los Writer’s Guild Awards en el 2019.
La jugabilidad
Este es uno de los términos más utilizados por los gamers alrededor del mundo. Se refiere a la capacidad mecánica que se tiene al jugar, a sus reglas y a su diseño de historia. No necesariamente todos los videojuegos se centran en desarrollar esta faceta dado que algunos prefieren concentrar sus esfuerzos en la parte audiovisual y descuidan un poco este elemento. Esa es una de las principales razones por las que siempre estaremos muy agradecidos con aquellos diseñadores que deciden aprovechar la tecnología a su favor y sacarle el máximo provecho. Es el caso de videojuegos como My Friend Pedro (2019), que fue desarrollado por DeadToast y que, además de sorprendernos en aspectos técnicos, también lo hace en sus otros frentes.
La movida alternativa del arte en los videojuegos
En la actualidad, los desarrolladores cada vez quieren ir un poco más allá y no limitarse solamente a darle una distracción superficial al jugador. La búsqueda, cada vez más, está en proponerles a los gamers un producto que les despierte emociones y los sumerja en universos paralelos a su cotidianidad. De estas ganas de los desarrolladores más pequeños y de jóvenes emprendedores en esta industria, de presentar ideas frescas y disruptivas, nacen los videojuegos independientes. Describiremos de manera breve, el arte en los videojuegos con diferentes ejemplos.
Journey
Estamos hablando de títulos como Journey (2012), que fue producido por Thatgamecompany y creado por el diseñador chino Jenova Chen, que resalta por la belleza que se ve materializada en sus gráficos y narrativa, pero también, y especialmente, en su mensaje. En él, existe un paralelismo entre la historia del juego y el famoso ‘viaje del héroe’ o la vida en sí. Quien fuera su creador, describe la experiencia como algo que, cuando se termina de jugar, nos deja con una sensación de “alegría y de esperanza extrema”. Sobre el juego, Chen dijo: “Me hace sentir en conexión con algo más grande, algo que no soy capaz de describir”. Es tal la belleza de este juego que ha sido comparado con obras magistrales como las del estudio japonés Studio Ghibli.
Gris
Gris es otro videojuego independiente que fue creado por Nómada Studio y que, sin duda, tiene algo inspirado en Journey. Fue diseñado por el ilustrador Conrad Roset y lanzado en el año 2018. Desde su secuencia inicial, que es de carácter muy cinematográfico, nos deja con los pelos de punta. Las ilustraciones, por su parte, son conmovedoras, lo que se intensifica con el acompañamiento de la música que fue creada por Berlinist. En el camino, nos encontramos con una explosión de creatividad, y en él los obstáculos pueden variar desde una tormenta de acuarela, hasta el conflicto interno de la protagonista. Este es uno de los juegos indie más vendidos. Un ejemplo un poco más alejado es Firewatch (2016), un juego de aventura que fue desarrollado por Camposanto. Comparte la similitud de tener gráficos enfocados en la belleza, pero se centra mucho más en la psiquis de su personaje principal, Henry, en la relación con su jefa, y en el misterio que envuelve todo lo que los rodea. Hay que decir que adicional a esto, los paisajes incluidos en el juego se roban buena parte del show.
¿Qué son los juegos experimentales?
Por su nombre, cualquier persona podría pensar que se trata de todos aquellos juegos de realidad aumentada o los VR. Pero están equivocados. Aquí nos referiremos a juegos que escapan por completo de todos los métodos tradicionales que se conocen en esta industria, ya sea por el tipo de historias, así como por la intención y la forma en que estas fueron construidas.
David O’Reilly es un artista irlandés que se caracteriza por ser defensor y creador de este tipo de propuestas, y saltó a la fama por haber sido el encargado de crear los personajes digitales que aparecieron en la película Her (2013), dirigida por Spike Jonze.
Más obras de arte en los videojuegos de O’Reilly
En 2014, O´Reilly anunció su primer videojuego: Mountain, cuya premisa está centrada en la experiencia de ser –sí, de ser– una montaña que flota en el espacio. Esto es algo que puede ser muy extraño, pero fue lo que llamó la atención de un gran número de personas. En él, el jugador realmente no puede intervenir demasiado en el desarrollo de la historia ya que, en gran parte, todo lo que ocurre son pequeños cambios en la montaña y en el clima. La limitada interacción ha hecho a la gente preguntarse ¿esto es un juego? el teclado se transforma en un piano y se pueden tocar determinadas claves que producen efectos en el clima.
El segundo gran lanzamiento de O’Reilly fue Everything en 2017. En este juego, el usuario tiene la oportunidad de convertirse en todo, desde una hormiga, pasando por una nebulosa, un edificio, o un pedazo de pizza. La magia de este juego está en que se puede vivir la experiencia de ser una u otra cosa. La intención es demostrar la relación que existe entre todo y en palabras de su mismo creador esto es lo que pretende: “Quiero que Everything haga a la gente sentir que está viva. No como un escape o distracción, o una frustración arbitraria, sino como algo que nos deje viendo el mundo con luz nueva”. El tráiler de Everything consiguió una nominación a los premios Óscar.
Existe algo más allá de un videojuego
Similares a los videojuegos que les hemos mencionado, podríamos listar los primeros proyectos en la carrera de Jenova Chen: Cloud, Flow, y Flower, todos ellos bastantes particulares, que tratan de simular el recorrido entre las nubes, de pilotear un microorganismo acuático y de controlar el viento cambiando la dirección de un pétalo. Los tres buscan exaltar la belleza en sí misma y recordarnos que ella siempre está presente, incluso en lo más pequeño.
Volkers, como pueden ver, las opciones son infinitas y hay para todos los gustos. Algunos prefieren mucha acción y poca historia, mientras que otros valoran este tipo de videojuegos mucho más conceptuales. Aunque no tienen mucha interacción con el jugador, sí hacen que este se sumerja en universos únicos. Es como si se leyera un libro, pero a través de un videojuego.
¿Son considerados los videojuegos como obras de arte?
En definitiva, lo que convierte algo en una pieza de arte es su intención de conmover a quién lo recibe. Aquellos que se toman la molestia de crear –a propósito– algo digno de debate y de discusión. Ellos se merecen un aplauso por su osadía y por sus ganas de experimentar y de explorar cosas nuevas.
Sin creatividad jamás hubiéramos pasado del clásico ping-pong. Estaríamos ahí estancados todavía. Los primeros desarrolladores tuvieron que aprovechar al máximo la tecnología rústica que tenían al alcance. Y lo hicieron tan bien que es por eso que hoy tenemos lo que tenemos. ¿Sabían que en 2012 se exhibió en el Smithsonian American Art Museum en Washington D.C., una colección dedicada a dar gloria a los videojuegos? “The Art of Videogames” (El arte de los videojuegos) fue curada por Chris Melissinos, una figura muy importante y reconocida en este medio. Lo que se hizo con esta exposición fue un recorrido histórico. Resaltaba las dificultades por las que pasaron los pioneros en esta industria y a su vez, mostraba el cambio rápido pero progresivo que se dio.
Volkers, ¿cuál creen ustedes que es el videojuego que tiene la mejor fotografía? ¿Cuál es el más experimental? Esperamos sus comentarios en nuestras redes. En Facebook, Instagram y Twitter. No olviden utilizar el hashtag #ArteYVideojuegos